El falso ciclo vital



Se que voy a ser juzgado de modo que lo diré sin rodeos: soy adicto.
Si he decidido escribir estas palabras, es porque creo que pueden ayudar a otra persona que esté en la misma situación, me niego a creer que yo sea el único. No se trata de una adicción común, por lo que no se como contar todo esto (está es la cuarta vez que lo intento) así que me dedicaré a narrar los hechos.

Todo empezó con un paquete.

Era una caja de cartón, cuadrada marrón y común. No tenía ningún tipo de indicación, nombre del remitente o logotipo de alguna clase. Solo era una caja. Cuando la abrí me llevé un pequeño susto, dentro había una calavera. En cuanto la miré mejor me di cuenta de que era falsa y me reí de mi mismo. La saque de entre el papel triturado que la envolvía y la posé sobre la mesa. Estaba hecha de porcelana o algún material similar; era blanca y brillante, decorada con flores negras y hojas grises. Era hermosa. Busqué explicaciones dentro de la caja pero no encontré nada. No tenía ni idea de quien podría haberme enviando una calavera.

Recuerdo haber pasado un largo rato pensando en quien podría enviarme eso, tal vez se habrían equivocado, si fuera así ya vendría alguien por ella. No tenía por que darle más vueltas, pero soy un hombre curioso. La acaricié; suave, sin relieves. Por algún motivo miré a sus ojos, o los huecos donde van estos. Me paralicé. Y lo digo de un modo literal, por más que lo intentaba solo lograba temblar. Mis venas comenzaron a hincharse, hasta parecer serpientes extendiéndose desde mis manos. Se hundieron bajo las mangas; pero yo sentía como se dilataban, como trepaban hacía mi cabeza. Al llegar a la cara se bifurcaron en venas más pequeñas y rodearon la cabeza. El dolor fue inmenso. La calavera se cayó sobre la mesa, y mi cuerpo inerte, sobre el suelo. Así fue mi primera muerte.

Me desperté varias horas después y estaba perfecto. Como comprenderéis me asusté mucho. Así que salí de la cocina evitando mirarla, me encerré en mi cuarto e intente mantener la poca cordura que me quedaba. Al día siguiente decidí una cosa, que no entendía nada. Así que me armé de valor, me senté ante la calavera, y le mantuve la mirada. En esa ocasión morí ahogado. Cuando utilizo el termino morir no lo hago como una metáfora, no son alucinaciones ni nada similar, es una muerte real. Y tras esa ocasión me hice adicto a la muerte.

Antes de seguir, entiendo que no me creas. Que pienses que todo esto es una sarta de patrañas. No me importa. No lo hago para complacerte, lo hago porque tal vez lo lea la persona correcta, alguien que tenga otra calavera o incluso aquella persona que la dejó ante mi puerta. No me hice adicto por gusto; no entendía lo que estaba pasando, solo sucedió. Claro que si nunca moriste dudo que lo entiendas. Pero intentaré explicarlo. Morir es algo horrible, es como intentar gritar pero que no salga sonido alguno de ti, con la diferencia que ese falta de sonido es dolorosa. Pero luego vuelves a la vida, esa parte es la adictiva. Pasar por algo semejante y luego poder volver es el mayor triunfo que se puede experimentar.

En cuanto comprendí lo que pasaba me asusté, no es ni era algo natural, pero no podía evitar repetirlo. Llegué a pasarme días muriendo. Podría explicar con detalle como se siente cada una de ellas; como suena las ampollas al explotar mientras ardes, como es el sabor de tu hígado, o la angustia que produce no poder respirar. Pero no lo voy hacer, no es necesario. Todas las noches antes de dormir me recuesto sobre el sofá, la pongo en la mesa, y mantengo la mirada sobre sus ojos. Luego revivo y me voy a dormir con el mejor sueño que se puede desear, la vida.

Sigo sin tener idea alguna de como esta calavera llegó hasta mí. Tampoco se como funciona o que estoy dando a cambio de revivir. Es cierto que podría hacer una investigación más exhaustiva, podría llevar la susodicha calavera a un lugar donde entiendan de sucesos y objetos paranormales (creo que está claro que estos sucesos no son algo común), pero temo perderla. Si alguien más experimenta esto estoy seguro que intentaría arrebatármela. Pero tengo miedo de seguir y al final no revivir. De modo que si tienes otra calavera o si eres tu quien dejó esta en mi puerta...
¿Qué puedo hacer?


Diego Alonso R.

Comentarios

  1. Que bueno! Muy original. Y la pregunta arroz volverá a revivir o será la última muerte?

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    1. Muchas gracias. Por ahora eso se queda a tu interpretación.

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